Documentos
Resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU el 25/09/2015: https://unctad.org/system/files/official-document/ares70d1_es.pdf
Nota de la Santa Sede del 25/09/2016 al respecto: https://holyseemission.org/contents//statements/5806914667987.php [fue presentada por el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Bernardito Auza, al secretario general de la ONU, con la petición de que circulara el documento a la Asamblea General].

Aclaraciones para lo que sigue: en redonda, el texto de la ONU; en cursiva, notas de la Santa Sede. Los epígrafes y las opiniones a pie de página son de Lotrives, que destaca pasajes controvertidos, discutibles o imposibles de cumplir. Se echa de menos que en el documento de la ONU no se adjunte un glosario de lo que se entiende por determinados términos, por ejemplo, qué entiende la ONU por dignidad. Se cita por la numeración marginal de los documentos oficiales, arriba detallados.
Paz para un plan integrado e indivisible
«Hoy anunciamos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas conexas de carácter integrado e indivisible» (n. 18).
«No puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible» (Preámbulo, párrafo 8).
Teniendo en cuenta que la Santa Sede está de acuerdo con la mayoría de los objetivos y metas enumerados en la Agenda, en este punto, la Santa Sede, de conformidad con su naturaleza y misión particular, desea hacer aclaraciones y reservas sobre algunos de los conceptos utilizados en la Agenda 2030 (n. 15).
Desarrollo, pobreza [y dimensión espiritual]
«La presente Agenda es un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. También tiene por objeto fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad. Reconocemos que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible» (Preámbulo, párrafo 1).
Los pilares del desarrollo humano integral, a saber, el derecho a la vida y, más en general, el derecho a la existencia de la propia naturaleza humana, se ven amenazados cuando ya no reconocemos ningún ejemplo por encima de nosotros mismos o no vemos nada más que a nosotros mismos. Esto solo puede remediarse mediante el reconocimiento de una ley moral que está escrita en la propia naturaleza humana, una que incluye el respeto absoluto por la vida en todas sus etapas y dimensiones y la diferencia natural entre el hombre y la mujer. Los derechos humanos se derivan de una comprensión correcta de la naturaleza humana, la persona humana, la dignidad humana inherente y la ley moral (n. 6)
Para permitir que hombres y mujeres escapen de la pobreza extrema, deben ser agentes dignos de su propio destino, teniendo en cuenta que el desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden imponerse, sino que deben desarrollarse para cada individuo, para cada persona (n. 7).
Se necesitan los medios espirituales y materiales mínimos para que una persona pueda vivir con dignidad y para crear y mantener una familia, que es la célula principal de cualquier desarrollo social. En términos prácticos, esto significa: libertad religiosa y educación, así como alojamiento, trabajo, tierra, alimentos, agua y atención médica (n. 8).
El derecho a una educación de calidad e integral debe incluir la educación religiosa. Esto presupone un enfoque holístico, que se garantiza ante todo respetando y reforzando el derecho primario de la familia a educar a sus hijos, así como el derecho de las iglesias y los grupos sociales a apoyar y ayudar a las familias en este empeño (n. 10).
Desde la perspectiva de la Santa Sede, la frase que termina con «la pobreza en todas sus formas» (resolución 70/1 de la Asamblea General, preámbulo, párrafo 1), incluye la pobreza material, social y espiritual (n. 24).
Teniendo en cuenta las atrocidades en curso contra los cristianos y otras minorías religiosas, la Santa Sede sostiene que las cuestiones relacionadas con la libertad religiosa en sí misma y la libertad de conciencia, así como el diálogo interreligioso e intrarreligioso, deben tener prioridad para el éxito real de 2030 Agenda (n. 24.c).
(d) Con respecto al término «desarrollo sostenible», la Santa Sede entiende que el concepto se refiere al reconocimiento de «los límites de los recursos disponibles, y de la necesidad de respetar la integridad y los ciclos de la naturaleza ... [así como] la naturaleza de cada ser y de su conexión mutua en un sistema ordenado, que es precisamente el cosmos» (n. 25.d).
La Santa Sede prefiere usar la expresión «desarrollo humano integral», que incluye el desarrollo sostenible (n. 25.e)
Dignidad de la persona [y familia]
«Reconocemos que la dignidad de la persona humana es fundamental» (n. 4).
La Agenda 2030 usa el término «dignidad» de varias maneras (preámbulo § 4, y § 4, 8, 50).
(a) Reconoce la dignidad de todo ser humano al usar el término «dignidad humana», que la Santa Sede entiende como dignidad humana inherente e inalienable, es decir, el valor trascendente de la persona humana, de la cual se derivan los derechos y deberes.
(b) La Agenda también habla de personas que viven con dignidad, que la Santa Sede relaciona con el principio del bien común: una evaluación objetiva de un acceso relativamente completo y listo a la suma de las condiciones de la vida social dirigida al desarrollo integral y cumplimiento genuino.
(c) Además, la Santa Sede sostiene que cada persona tiene una «dignidad adquirida» que se desarrolla cuando uno maximiza o perfecciona libremente sus posibilidades de acuerdo con la razón correcta, y para los creyentes, esa razón está iluminada por la fe (n. 19).
Que la persona humana, un ser social, está en el corazón de la Agenda 2030 significa, y la Santa Sede enfatiza, que la familia, la unidad natural y fundamental de la sociedad, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, también está en juego. El centro de desarrollo, y de conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos, tiene derecho a la protección de la sociedad y el Estado. La Agenda 2030 también reconoce con razón la importancia de las «comunidades y familias unidas» (n. 25) (n. 22).
Para los fines del derecho internacional, se debe hacer una distinción entre la familia como «unidad de la sociedad» y «hogar», término utilizado en la Meta 5, meta 5.4.
El último término incluye una variedad de situaciones de vivienda (por ejemplo, hogares encabezados por niños, madres solteras con niños bajo su cuidado, parejas que cohabitan), cuyos miembros individuales y su bienestar son siempre una preocupación para el Estado (n. 22 a-b).
Un niño tiene el «derecho a saber y ser cuidado por sus padres» (Convención sobre los Derechos del Niño, art. 7) (n. 23.a).
Planificación familiar
«Nos comprometemos también a garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación» (n. 26).
La Santa Sede subraya que no puede respaldar métodos de planificación familiar que separen fundamentalmente las dimensiones esenciales de la sexualidad, es decir, los elementos unitivos y procreativos del acto conyugal entre un esposo y una esposa (n. 23.b).
Además, las decisiones morales y responsables sobre el número de hijos y el espaciamiento de los nacimientos pertenecen a los padres, quienes deben estar libres de toda coerción y presión de las autoridades públicas, incluida cualquier información demográfica que pueda inducir temor y ansiedad sobre el futuro. . La concientización sobre la fertilidad y la educación son fundamentales en la promoción de la paternidad responsable (n. 23.c)
Los gobiernos de los países también deben estar libres de coerción y presión similares, especialmente por los «sistemas de préstamos opresivos». En este sentido, el Papa Francisco también ha subrayado los peligros de la «colonización ideológica», es decir, cuando el costo de recibir el dinero es la imposición de una idea a la gente de que «cambia, o significa cambiar, una mentalidad o una estructura» (n. 23.d).
La sexualidad debe ser vivida de acuerdo con la dignidad de cada persona, que no tiene derechos sexuales individuales, ya que una relación sexual requiere el pleno respeto de la dignidad y la libertad de cada persona que forma la pareja. (18. c).
La salud materna y salud reproductiva
«Algunos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio distan de alcanzarse, en concreto los relacionados con la salud materna, neonatal e infantil y con la salud reproductiva»(n. 16).
«De aquí a 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales» (Objetivo 3. 3.7).
El término «vida sana» debe entenderse como la salud de la persona en su conjunto, incluidos los más vulnerables, los no nacidos, los enfermos y los discapacitados, durante todas las etapas del desarrollo de la vida de la persona. Tomando en consideración cada dimensión (física, psicológica, espiritual y emocional) (n. 21.a).
Dado que el derecho a la salud es un corolario del derecho a la vida, nunca se puede utilizar como una forma de terminar con la vida de una persona, que es tal desde la concepción hasta la muerte natural. Lo mismo es cierto para los objetivos 3.7 y 5.6. En resumen, la meta 3.7 aboga por «el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, la información y la educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y programas nacionales», mientras que la meta 5.6 exige el «acceso universal a la salud sexual y sexual». Salud reproductiva y derechos reproductivos (n. 21.b).
Con respecto a la «salud reproductiva» y expresiones relacionadas, que incluyen «salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos» (objetivo 5.6), los mismos términos «reproducción» y «reproductivos» son problemáticos, ya que ocultan la dimensión trascendente de la procreación humana. . El término «procreación» se prefiere porque refleja la participación de la pareja, hombre y mujer, en la obra de creación de Dios (n. 21.c).
La Santa Sede rechaza la interpretación que considera el aborto o el acceso al aborto, la subrogación materna o el aborto selectivo por sexo, y la esterilización como dimensiones de estos términos (n. 21.d).
La perspectiva de género
«La incorporación sistemática de una perspectiva de género en la implementación de la Agenda es crucial» (n. 20).
La Santa Sede enfatiza que cualquier referencia a «género, «igualdad de género» e «igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas» se entiende de acuerdo con el uso común y generalmente aceptado de la palabra «género» basado en el criterio biológico. Identidad masculina y femenina, que a su vez se ve reforzada por las numerosas referencias en la Agenda 2030 a ambos sexos (§ 15, 20, 25). El Papa Francisco, siguiendo los pasos de sus predecesores, ha hablado con frecuencia sobre los peligros de la «ideología de género» que niega la relevancia del sexo biológico, masculino y femenino, al opinar que existe una gran cantidad de «géneros» basados en las percepciones subjetivas de cada uno. (n. 20.c).
Empoderamiento
«También se pretende hacer realidad los derechos humanos de todas las personas y alcanzar la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Los Objetivos y las metas son de carácter integrado e indivisible y conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental» (Preámbulo, párrafo 3).
«Es necesario empoderar a las personas vulnerables» (n. 23).
«Objetivo 5. Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas» (n. 59).
Al usar el término «promoción», en lugar de «empoderamiento», la Santa Sede busca evitar una visión desordenada de la autoridad como poder en lugar de servicio, y expresa la esperanza de que las mujeres y las niñas, en particular, cuestione esta perspectiva errónea de la autoridad con miras a humanizar las situaciones en las que viven (n. 20.d).
En consecuencia, para evitar connotaciones ideológicas y políticas, la expresión «promoción de las mujeres» debe entenderse como respeto por la dignidad de las mujeres, fortaleciéndolas, educándolas, dándoles una voz cuando no las tienen y ayudándolas a desarrollar habilidades. y asumir responsabilidades (n. 20.e).
Sin embargo, la promoción de la mujer es difícil de lograr sin la «promoción de los hombres», en el sentido de alentarlos y apoyarlos para que sean esposos y padres responsables y para que asuman sus responsabilidades en el avance del desarrollo integral de las mujeres y las niñas (n. 20.f).
Migración, autodeterminación y ayuda de los países desarrollados
«Sacar partido al dividendo demográfico» (n. 25) (1)
«Reconocemos también que la migración internacional es una realidad pluridimensional de gran pertinencia para el desarrollo de los países de origen, tránsito y destino que exige respuestas coherentes e integrales» (n. 29) (2).
«Eliminar los obstáculos que impiden la plena realización del derecho a la libre determinación de los pueblos que viven bajo ocupación colonial y extranjera y que siguen afectando negativamente a su desarrollo económico y social y a su medio ambiente» (n. 35) (3).
Contribución de «toda» cultura y del deporte
«Todas las culturas y civilizaciones pueden contribuir al desarrollo sostenible y desempeñan un papel crucial en su facilitación» (n. 36) (4).
«El deporte contribuye cada vez más a hacer realidad el desarrollo y la paz promoviendo la tolerancia y el respeto» (n. 37) (5).
Ayuda de los países desarrollados
«El compromiso de numerosos países desarrollados de alcanzar el objetivo de destinar el 0,7 % de su ingreso nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países en desarrollo y entre un 0,15 % y un 0,2 % de su ingreso nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países menos adelantados» (n. 43).
Aspiraciones imposible y fracasos clamorosos
«Aspiramos a un mundo sin […] enfermedades ni privaciones, […] donde esté garantizado el bienestar físico, mental y social» (n. 7) (6).
«Estamos resueltos a emprender más acciones y medidas eficaces, de conformidad con el derecho internacional, para eliminar obstáculos y restricciones, fortalecer el apoyo a las personas que viven en zonas afectadas por emergencias humanitarias complejas y en zonas afectadas por el terrorismo y atender sus necesidades especiales» (n. 23) (7).
El qué y el cómo
«Aspiramos a un mundo en el que sea universal el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas, el estado de derecho, la justicia, la igualdad y la no discriminación» (n. 8) (8).
Notas (de Lotrives)
(1) ¿Qué es sacar partido al dividendo demográfico? ¿Animar a la migración?
(2) ¿Se anima a emigrar?
(3) ¿Palestina, por ejemplo? ¿O Cataluña y el País Vasco? ¿Dónde se ponen los límites a la ocupación colonial y extranjera?
(4) ¿Estamos seguros de eso, de toda cultura?
(5) ¿Seguro? ¿No es más bien un modo de escenificar la guerra de naciones?
(6) Imposibles, y no solo desde la perspectiva del catolicismo. Véase lo que dice Kant sobre la felicidad: https://lotrives.substack.com/p/la-felicidad-segun-immanuel-kant
(7) ¿Se ha hecho y se hace lo que se puede y debe para ayudar en Gaza, por ejemplo?
(8) El qué: ¿qué entiende cada país por el respeto a los derechos humanos? Por ejemplo, en Rusia se acaba de cortar la oreja a uno de los terroristas que atentó en Moscú. El cómo: pero la cuestión más ardua, en general, no no suele ser el qué, sino el cómo: cómo se consigue eso, esos buenos propósitos —los que sean buenos— de la ONU.