En la película Grease, cuando interpreta la canción Beauty School Dropout [‘Desertora de la Escuela de Cosmética’], Frankie Avalon aparece en forma de ángel y le comunica a Frenchy Facciano, la muchacha que ha abandonado la enseñanza secundaria: «Limpia ese rostro de ángel y vuelve al instituto / jovencita, no lo eches todo a perder / no deshonres mi buen consejo». (1)
¿Qué tendría que estudiar Frenchy para sentirse a gusto y volver al cole? ¿Más humanidades quizás? ¿Más disciplinas que giren en torno al ser humano, como la literatura, la filosofía o la historia?
Publicó Mark Van Doren (1894-1972) en 1943 en su libro Liberal Education:
«Se ha afirmado que la educación recuperará su plena estatura humana cuando las humanidades, es decir, la literatura y la filosofía, vuelvan a ser dominantes. Pero si las humanidades son el humanismo como lo hemos conocido, no servirán. […]. El hombre es al mismo tiempo metafísico, filósofo, científico y poeta» (2).
No seremos más humanos por saber solo más griego y latín, nos indica Van Doren; necesitamos de momento también las ciencias y la poesía de canciones como Beauty School Dropout, lo que nos tranquiliza.
Seguimos con este sabio estadounidense:
«La educación clásica de hace un siglo merecía y recibió críticas. La educación que la sustituyó, reemplazando el latín, griego y matemáticas por una multitud de materias que no pueden ser nombradas, ha engañado, y recientemente ha recibido una crítica aún más dura. […]. Al querer “algo de todo” ha obtenido “nada al final”» (3).
Ahora es como si Van Doren señalara: aprender griego y latín puede ser mejor y más práctico que dedicarse al «Pensamiento crítico» o al «Aprender a aprender sin memorizar» o a la «Cosmética». Siempre se está a tiempo de volver con Frenchy a la enseñanza secundaria para tratar de asimilar las materias nucleares, porque para todos vale la necesidad de la formación permanente.
El diccionario de la Real Academia Española, en la acepción quinta de humanismo, dice: «Sistema de creencias centrado en el principio de que las necesidades de la sensibilidad y de la inteligencia humana pueden satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones». Pero Lotrives recuerda que Jesucristo es la medida de lo humano, el que «manifiesta el hombre al propio hombre»:
«“Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (Gaudium et Spes 22, 1). En Cristo, “imagen del Dios invisible” (Colosenses 1, 15; cf. 2 Corintios 4, 4), el hombre ha sido creado “a imagen y semejanza” del Creador. En Cristo, redentor y salvador, la imagen divina alterada en el hombre por el primer pecado ha sido restaurada en su belleza original y ennoblecida con la gracia de Dios (cf. Gaudium et Spes 22, 2)»(4).
(1) «Wipe off that angel face and go back to high school / Baby, don't blow it / Don't put my good advice to shame». Traducción del inglés de Lotrives
(2) Doren, Mark Van. (1943). Liberal Education. Nueva York: Henry Holt & Company, p. 57. Traducción del inglés de Lotrives.
(3) Doren: 1943, p. 109. Traducción del inglés de Lotrives.
(4) Catecismo de la Iglesia Católica. (1992). Madrid: Asociación de Editores del Catecismo, n. 1701.
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