¿Tendría que pedirnos perdón el Gobierno por la inflación?
En el improbable caso de que lo hiciera, por el enorme empobrecimiento que nos causa, serviría de poco hasta que no se corrija lo que se entiende por «dinero», y se actúe en consecuencia
Supongamos el caso improbable de que en una declaración institucional el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco de España y el Gobierno de España proclamaran:
«Españoles:1 os pedimos perdón porque somos los culpables de que el precio del azúcar y de otros muchos alimentos se haya disparado, de que seáis mucho más pobres que hace dos años. Os pedimos perdón porque nosotros, Bruselas, Washington y Madrid, nos hemos pasado imprimiendo billetes de euros para “solucionar” el problema del déficit del Estado y otros asuntos acuciantes, como salvar bancos con los impuestos a los ciudadanos; bancos que con nuestras leyes y nuestra forma de entender lo que es el dinero permitimos que funcionen como funcionan. Seremos más prudentes en el futuro en el uso de la maquinaria de imprenta y en la regulación de los bancos».
¿Nos daríamos por contentos? ¿Los perdonaríamos?
Las acciones políticamente inmorales pueden proceder de la corrupción personal. Pero en otras muchas ocasiones son consecuencia de la incompetencia, de seguir una ideología falsa o de una doctrina económica equivocada, aun con la mejor intención.2 ¿Se nos han olvidado los desastres causados por el nazismo y el comunismo, donde hay a la vez incompetencia, ideología falsa y doctrina económica equivocada?
«El perdón es exigente, obliga, con una demanda que compromete todo su ser, tanto a quien perdona como a quien recibe el perdón. […]. El perdón tiene que ver con la verdad».3
Dicho más claramente: no podríamos perdonar a Washington, Bruselas y Madrid hasta que no aprendieran qué es el dinero y aplicaran una política coherente con su realidad. Tendrían que dejar de considerar las cifras monetarias como meros asientos contables que ellos cambian a placer en la pantalla del ordenador o como unos papelitos que ellos multiplican a su antojo con imprentas a su servicio. Esa es la compresión suya actual: caricaturizada, pero bastante próxima a la realidad. Tendrían que ir pasándose a la escuela de Ludwig von Mises y de Ramiro de Maeztu. Este segundo, para que no se me malinterprete, al margen de las categorías derechas-izquierdas4 : me refiero al Ramiro de Maeztu autor de la obra El sentido reverencial del dinero. Maeztu y sobre todo Von Mises explican a fondo la frase de J. P. Morgan (1912): «Gold is money. Everything else is credit» («Oro es dinero. Todo lo demás, crédito»).
Aquí valdría también, cambiando lo que haya que cambiar: franceses, alemanes, estadounidenses, etc.
Véase Ángel Rodríguez Luño: Introducción a la ética política. Rialp, 2021.
Joseph Ratzinger: Cooperadores de la verdad. Rialp, 2021, pp. 172-3.
El asunto de la comprensión del dinero no es un problema de gobiernos de derechas o gobiernos de izquierdas.
¿Qué pasaría si los responsables se pasaran al bando de von Mises y Maeztu? ¿Algo tan radical - aunque en otra dirección - como el "Back to Mesopotamia" del Boston Consulting Group?
https://www.true-sale-international.de/fileadmin/tsi_gmbh/tsi_downloads/ABS_Research/Finanzkrisen/bcg_mesop87307.pdf