El pasado 2 de julio, eldiario.es publicó esta noticia: «El 'número dos' del Opus Dei, acusado formalmente de trata de mujeres en Argentina». Firma el artículo Paula Bistagnino.
Trata de blancas, o trata de mujeres, según el diccionario de la RAE, significa «atraerlas con coacción o mediante engaño a centros de prostitución para su explotación sexual». La palabra trata, a secas, se refiere al «tráfico que consiste en vender seres humanos como esclavos». Me cuesta imaginar al número dos del Opus Dei en esos negocios. He visto muchos centros del Opus Dei, pero ninguno convertido en prostíbulo o lugar de esclavitud.
Según Paula Bistagnino, «la acusación se centra en el caso de una mujer boliviana que fue captada cuando era menor y sirvió como mucama [persona empleada en el servicio doméstico] durante 31 años. M.I.E. –sus iniciales– fue llamada a declarar por segunda vez en abril de 2025».
El País abunda en la noticia de Bistagnino:
«Reducción a la servidumbre y trata de personas son los delitos por los que están acusadas las máximas autoridades del Opus Dei en Argentina. Los imputados desde el año pasado son cuatro sacerdotes y ahora se suma otro: se trata de Mariano Fazio, quien hoy es vicario auxiliar de la Prelatura de la Santa Cruz».
Relata El País:
«43 mujeres en situación de vulnerabilidad fueron atraídas por la Obra, cuando tenían entre 12 y 16 años, con la promesa de que tendrían un hogar y podrían ir a la escuela. Fue, sostuvieron los fiscales, un plan que “consistía en presentar una propuesta falsa relacionada con la posibilidad de continuar y completar sus estudios primarios y secundarios, así como recibir formación profesional para obtener oportunidades laborales, todo ello en un contexto de enseñanza religiosa”».
No estoy en condiciones de comprobar la afirmación de que fuera una «propuesta falsa». Me gustaría saber exactamente en qué consistía la «situación de vulnerabilidad» de esas mujeres. En cualquier caso, no parece tener nada que ver con trata de mujeres.
Continúa El País:
«Pero la única instrucción que recibieron fue para desarrollar tareas domésticas —planchar, cocinar y limpiar—, para satisfacer las demandas de los miembros varones del Opus Dei, tanto en Argentina como en otros destinos. “Sin recibir un salario” y sin que se respetaran sus derechos».
«Sin recibir un salario» y «sin que se respetaran sus derechos» son acusaciones graves. Pero en una familia, normalmente ni el padre ni la madre reciben salarios por el trabajo doméstico. Según tengo entendido, y por problemas en especial con numerarias auxiliares que dejaron de serlo, ahora todas ellas reciben un salario en el Opus Dei.
El comunicado del Opus Dei
El Opus Dei publicó el 3 de julio una nota de prensa sobre lo anterior. Subraya:
«Para construir esta denuncia se realiza una descontextualización completa de la vocación que eligen libremente las numerarias auxiliares del Opus Dei».
Fíjense en la palabra descontextualización.
«La mujer que realiza la acusación se refiere a una etapa de su vida cuando libremente quiso emprender su camino espiritual en la Iglesia Católica, desde la vocación de numeraria auxiliar del Opus Dei. Las numerarias auxiliares son mujeres del Opus Dei que, como todos los demás miembros, aspiran a amar a Dios y a los demás y lo demuestran a través de su trabajo y de su vida cotidiana. El trabajo elegido por las numerarias auxiliares es el cuidado de las personas que viven en los centros, dentro de un ambiente familiar propio del espíritu del Opus Dei. Este modo específico de vivir la vocación es elegido por numerosas mujeres en todo el mundo» (del comunicado del Opus Dei).
¿Hasta qué punto la mujer de que se habla eligió libremente la vocación de numeraria auxiliar? Cabe conjeturar, por experiencias en otras latitudes y por experiencia propia, que a lo mejor no tan libremente. El Opus Dei cuida mucho en estos momentos, como me aseguran algunos de sus miembros amigos míos, que en el discernimiento vocacional se actúe de tal manera que ni de lejos pueda haber sospecha de coacción.
«Esta elección de vida requiere, para quienes la asumen, el ejercicio de la libertad, pues el proceso de incorporación a la Obra implica que manifiesten su deseo explícitamente en múltiples oportunidades, algunas de las cuales deben ser por escrito: toda persona que se incorpora al Opus Dei tiene que reafirmar su deseo de ser miembro al menos ocho veces, durante un período de tiempo de 6 años y medio como mínimo. Y para desvincularse, en cambio, no existe barrera alguna» (del comunicado del Opus Dei).
Una vez dentro del Opus Dei, hay que reconocer que psicológicamente no es tan fácil salir, aunque hayas de explicitar en varias ocasiones que deseas continuar. En esto acontece como con el matrimonio. Si te has casado por la Iglesia, lo razonable es seguir.
«El trabajo elegido por las numerarias auxiliares es el cuidado de las personas que viven en los centros, dentro de un ambiente familiar propio del espíritu del Opus Dei» (del comunicado del Opus Dei).
¿Elige alguien ser empleada doméstica cuando dispone de mejores oportunidades vitales: estudiar para convertirse en médico, por ejemplo? Pero en la vida se opta por lo que se puede en un contexto determinado: contextualización. Las capacidades propias son parte del contexto. ¿Es reprobable y digno de cambio que haya numerarias auxiliares, pero no numerarios auxiliares? Según mi mujer, sí; según yo, no.
Una reflexión final. A posteriori, cualquiera puede adaptar un poco o un mucho a su gusto el relato de su vida y solo en el fuero interno se sabe si justa o injustamente. Por ejemplo, yo mismo puedo afirmar que no me sentí libre para elegir hacerme numerario. Véase aquí parte de mi historia. Puedo testimoniar que en segundo curso universitario de Ciencias Físicas apenas pude estudiar, aunque me gustaba mucho estudiar, y flojeé en las notas, cuando residía en el Colegio Mayor Santillana, un centro del Opus Dei en Madrid, porque me encargaban demasiados asuntos que no tenían que ver con mi deber principal: estudiar. ¿Tuvo de ello la culpa el Opus Dei? ¿El Colegio Mayor Santillana? ¿Yo? Mi veredicto es que sobre todo los directores del Colegio Mayor Santillana, pero no descarto estar equivocado. ¿Los denuncio? Ojo: ¿y si a la larga he salido ganando? En resumen: sigo ligado al Opus Dei, como cooperador.